Si una luz merodea en mi tiniebla
¿Cómo no habré de hacer fiesta?
Pero mis gestos aún permanecen
en la soledad del hielo.
Dice la luz: he aquí la sombra,
con sus antenas de insecto inteligente.
Algo viene, marcando pausas
como si quisiera reclamar paisajes imaginarios.
Entonces, un extraño balbuceo de contradicciones
arremete, casi avergonzado
en la densidad de lo imposible.
E.D.A